Mucho gusto, me llamo Renato Sumaria y no escribo bonito. Rechacé poner antes de mi nombre cualquier referencia parecida a Lic, CS o Mg, prefiero que me llamen periodista, a secas. A los 16 años decidí optar por esta profesión porque quise irme a la guerra, de corresponsal. Nunca estuve en una, aunque puedo narrar todos los conflictos del sur de 2001 a 2005. Leí las teorías comunicacionales y todo lo que te enseñan en la facultad; sé de noticia, criterios de noticiabilidad, géneros, investigaciones, estrategias, dinámicas; hice radio, tele, diario y web.
Después de un tiempo trabajando me di cuenta que todo lo que aprendí y leí me sirvió de mucho para ser un comunicador cabal, analizador de la opinión pública y correcto periodista, pero no me ayudó un carajo cuando estuve entre pedradas y balazos, y tuve que decidir entre salir corriendo o quedarme para contar la noticia. Siempre decidí quedarme. Por eso, no soporto a la gente que se cree periodista y nunca cubrió una sola noticia en su vida ¿Puede ser periodista un tipo que escribe o habla desde su escritorio sobre lo que leyó en los medios?
He escrito sobre muertos y corruptos, y también sobre héroes anónimos y personas honestas, sobre esperanzas y reconciliaciones. He patoteado por el pueblo más pobre del Perú y he tenido en frente al dueño del país. He estado bajo nieve, bajo fuego, bajo cero y bajo el agua. Evité una turba escapando con la unidad móvil por una línea de tren, en sentido contrario al tren, que ya venía. Me agredieron varias veces y me felicitaron otras tantas. Nunca recibí una coima ni fui a una conferencia de prensa para comer. Nunca tuve un juicio, sí muchas amenazas. Puse en problemas a muchos, y con todo, nunca publiqué ni pregunté algo a drede, con ira o deseo de venganza.
No soporto a los que critican el periodismo desde su cinismo, pues esconden ignorancia. Me sumo a aquellos que reconocen crisis en la prensa y quieren aportar. Tengo un blog -éste- que no actualizo como debería porque no tengo tiempo, y porque pienso que la blogósfera tiene un problema: Hace que cualquiera se sienta periodista. Yo creo que no cualquiera puede ser periodista y que hay periodistas que son unos «cualquiera». No avalo las agresiones, pero creo que hay colegas que se merecen un manazo. Tengo esperanza en el periodismo porque tengo esperanza en mí.
Mi esposa -como tantas esposas de colegas- siempre me reclama tiempo, pero también me exige que sea el mejor. Ella, que no es periodista, entiende el periodismo mejor que yo. Sabe que al día siguiente el esfuerzo debe ser igual o mayor que el del día anterior, pues la noticia no espera. Ella sufre, entiende, acompaña. Un día -antes de casarnos- le dije que quería dejar el periodismo para tener más tiempo. Ella me contestó: «si dejas el periodismo, yo te dejo a tí».
Hoy, la Providencia me ha devuelto al periodismo de verdad. Nunca quise ser director de nada, hoy lo soy. Yo sólo quería contar historias de guerra. En fin. Mucho gusto, me llamo Renato Sumaria y no escribo bonito.
renatosumaria
El-Observa-Todo 
Estoy segura que blog está concebido como un espacio de libertad a la vez que como un medio de dialogo digital de comunicación al servicio de la comunidad, que se orienta a la necesidad de las personas para las que sus contenidos puedan resultar de utilidad, así como de apoyo incondicional ante situaciones de riesgo, incomprensión e injusticia social.
Se que nunca fuiste a la guerra, pero estuviste en otras guerras que forjaron tu experiencia en el periodismo, ellas te han dejado con el cuerpo entero, pero con el espíritu herido. Nadie que haya estado alguna vez en combate sale del campo de batalla sin cicatrices, lo bueno de todo esto es que esas cicatrices te han marcado un rumbo de fe y esperanza, una solida conviccion de que camino debes transitar en tu vida de periodista, estoy segura que lo haras bien y desde mi trinchera emocional deseo para ti todos los existos que mereces.
jajajaja…ta bueno el resumen