Esta ha sido nuestra semana: Han muerto 14 soldados en una emboscada terrorista en el VRAE. En la provincia ayacuchana de Coracora, 10 personas murieron por la caída de un puente colgante. En Cañete un bus de la empresa Costeño chocó por detrás a un camión que transportaba gas lo que nos dejó 20 muertos.
Como es costumbre, tenía que salir la frase «Mala racha».
Y yo digo «aguanta, choche». Cuál mala racha. O sea, cuando te toca no hay nada que hacer. Dios decide cuándo y dónde muere cada uno. Pero de allí a decir «mala racha» así nomás, me parece una ligereza.
En el caso de los soldados asesinados, varias cosas: había un menor de edad que patrullaba la zona más peligrosa del Perú. Ninguno llevaba chaleco antibalas. Al menos uno de ellos ya estaba cuatro años en ese lugar, lo que le generaba exceso de confianza. Rancho insuficiente. Casi todos eran soldados razos que estaban allí producto de una leva.
En el caso del puente colgante de Coracora, todo parece indicar que se vino abajo porque un grupo de escolares se le ocurrió moverlo con la gente encima. Estos chicos cursaban el quinto de secundaria y se les ocurrió jugar de esa manera.
Y para terminar, el accidente en Cañete lo provoca el sueño de un chofer que habia excedido las horas de viaje permitidas por la ley. Estaba manejando más de cuatro horas seguidas y estampó el bus contra el camión que transportaba gas. Inmediatamente el fuego se expandió y murieron calcinadas 20 personas.
¿Mala racha? Insisto, cuando te toca, te toca, pero todos éstos hechos no sólo nos duelen en el alma, nos indignan porque esconden una total falta de respeto por la vida humana. ¿Qué tal si comenzamos a generar conciencia por allí para darle sentido a tantos planes y programas que no están dando resultado?