Ayer, el Rector de la UNSA señaló que, a estas alturas de la huelga docente, se puede hablar del riesgo de que los más de 20 mil alumnos con los que cuenta esta universidad pierdan el semestre. Todos los años (desde el 2004) dicen lo mismo (y es en parte porque todos los años los periodistas hacemos las mismas preguntas…pero ese es otro tema) cuando la medida de fuerza ha pasado los 40 días. También ha dicho que se recuperarán las horas perdidas ¿Qué dedito quiere que se chupen los estudiantes, señor Valdemar?
En esta parte del dejavú, la cosa está así: El ministro de Economía ha dicho que no va a soltar un centavo de su portafolio para esta etapa de la homologación. Más bien, empapeló a los docentes cuando en el congreso se le preguntó sobre el tema: El MEF no es el responsable de implementar la homologación sino las universidades a través de sus propios presupuestos. Lo dijo citando (anoten) el sexto principio general de la ley 28112, ley marco del Sistema Nacional de Administración Financiera del Sector Público; y la tercera disposición final de la ley 28411, Ley General del Sistema Nacional de Presupuesto. ¡Pasu mecha! ¡Qué tal verso, Puma!
Obviamente, a los alumnos les importa poco lo que dijo el ministro. Y es que ellos no quieren explicaciones sino soluciones (parece que, en general, los servidores públicos han sido entrenados para responder preguntas y no para solucionar problemas…por eso está cómo está la adminstración estatal).
De otro lado, la élite intelectual de la educación superior pública -o sea los docentes en huelga- no ha tenido mejor idea que apelar al discurso gremial y poco inteligente de cualquier sindicato chauchilla de esos que abundan por el Perú: «vamos a radicalizar la medida de fuerza» ¿Qué es radicalizar? ¿Tener a los estudiantes hasta enero sin hacer clases? ¿Seguir sin trabajar y cobrar puntualmente su sueldo incluyendo la gratificación de diciembre?
Cualquier autoridad con pantalones ya habría contratado personal adicional para continuar con el dictado de clases.